En un acto celebrado en el Edificio Botines, ha tenido lugar la entrega de la quincuagésimo sexta edición del Premio Libro de Cuentos de la Fundación MonteLeón, dotado con una recompensa en metálico de 6000 euros y la entrega de 50 ejemplares de la obra, editada por Eolas Ediciones. El galardón literario, que se afianza como uno de los más prestigiosos en el contexto del relato corto, ha distinguido en esta ocasión al escritor ciudadrealeño Santiago Casero González. Su obra Once ensayos sobre lo convencional y un cuento ha destacado de entre las 154 admitidas a concurso, gracias a una narración que ahonda en los problemas de identidad del hombre moderno.
El libro, que saldrá a la venta próximamente, se caracteriza por un «humanismo subyacente», en palabras de Rogelio Blanco, presidente del jurado encargado de otorgar el premio. Blanco destaca «la capacidad del autor para ver lo que subyace en la realidad», acudiendo a valores como «el amor, el humor, la identidad, la verdad o la patria». Se trata de una colección de cuentos que «podrían ser el pretexto para un relato más largo», apunta, por eso se ha valorado «la maestría de llevarlo al relato corto, reconociendo su dificultad y creatividad». Otro elemento característico de la obra ganadora que llamó la atención del jurado es «la caracterización de los personajes, utilizando una prosa muy rica y cargada de referencias».

En su intervención, el galardonado admitió haber participado en alguna ocasión como jurado de un premio literario, por lo que dijo apreciar «una labor como esta, siempre y cuando se haga con profesionalidad, como ocurre en la Fundación MonteLeón». El escritor reconoció el importante papel de la fundación en la vida cultural de la ciudad y expresó «el honor que supone estar en una lista tan extensa y extraordinaria de ganadores de este premio».
«El título del libro es un poco paradójico», explicó el autor premiado durante el acto, «hablo de ensayos cuando se trata de una obra de ficción. He querido jugar con la confusión de los géneros en el sentido de que, cada uno de los relatos, en realidad está basado en que fundamos nuestras vidas en ideas aparentemente firmes y sólidas, pero que en muchos casos son convenciones. Para mí una de las más significativas es la de la identidad». «A veces nuestra vida contradice esa imagen que creemos o queremos proyectar», profundizó, «yo trato de jugar en algunos relatos con esta idea».
«Como lector de relatos busco una sorpresa. Por eso creo que los libros no tienen por qué tener una unidad absoluta, ni temática ni de ningún otro tipo», admitió Casero, «intento escribir lo que me gusta leer. Por eso considero que las historias están por todas partes, lo que pasa que en la realidad se presentan como un desorden desconcertante. Los cuentos están a nuestro alrededor, solo hay que ordenar ese caos y escribirlos».